Charlando el otro día con Topopardo surgió el tema del elevator speech, o discurso de ascensor. Es un concepto muy sencillo. Imagina que tienes un proyecto personal en mente: una idea de negocio o una empresa, por ejemplo.
Pues bien, tú vas tan tranquilo a tu trabajo y en el ascensor de la empresa te topas, qué sé yo, con Steve Jobs, Martín Varsavsky o Tony el Gordo…
Hostia, hostia, aquí huele a dinero. “Howdy, Mr. Jobs?” “¿Qué tal, Sr. Varsavsky”. Él pulsa el botón de la planta 10, tú el de la planta 12. Ahora tienes 60 segundos para explicarle tu proyecto, por qué te ilusiona y por qué debería confiar en ti e invertir en tu idea.
Difícil, ¿eh? Muchos no sabríamos pasar de un tímido “eeeh, uhhh , mmmm, tengo una…” *CLINK* Se te acabó el tiempo, las puertas del ascensor se abren y tu inversor potencial ya tiene un pie en el pasillo. Así que, puesto que no queremos que esto ocurra, mejor tenerlo planificado:
- Coge papel y lápiz y resume quién eres, tu proyecto, porqué lo quieres llevar a cabo y cómo se podría beneficiar un inversor.
- Resúmelo más, ¡esto no es una charla de powerpoint! Anota palabras clave, ideas generales, cifras significativas…
- Prácticalo con amigos, compañeros de trabajo,… dale la brasa a todo el mundo. Mucha brasa. Es tu idea y estás orgulloso de ella, y en los primeros momentos serán ellos quién mejor te comprendan y sepan hacerte ver tus fallos.
- Es el momento de usarlo. Aprovecha cualquier reunión social, jornadas, blog&beers… Tu objetivo es gente con dinero y ganas de invertirlo. Acude a conferencias que traten el tema en el cual consiste tu proyecto o a ferias de innovación o inventores. Siempre habrá un cazatalentos al acecho.
- Échale gónadas al asunto, no te dejes intimidar por la importancia de una persona, aunque tampoco olvides que le estás pidiendo un favor.
Reconozco que no es nada fácil. Puedes considerar muy relevante tu curso de zambomba por correspondencia, pero eso a Steve Jobs le daría muy igual. Él hubiera preferido saber si ya has trabajado en otros proyectos exitosos o que esa misma tarde, gracias a tu trabajo, puede ganar mil millones de euros.
Incluso la calidad de tu elevator speech le dará una idea de tus habilidades sociales, así que más te vale cuidar no sólo el contenido sino también la forma. Recuerda: información masticada, clara y concisa, y lista para tragar: tienes 60 segundos y mucho qué ganar.
Mucha suerte si tenéis un proyecto en el horno, y no dudéis en plantearos vuestro propio elevator speech, nunca se sabe dónde puede estar esperándote el inversor de tus sueños
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